De acuerdo con la ley de
propiedad horizontal, que señala específicamente la función de “velar por el buen régimen de la casa, sus
instalaciones y servicios, y hacer a estos efectos las oportunas advertencias y
apercibimientos a sus titulares”, el seguro de una comunidad de
propietarios se convierte en una herramienta imprescindible y la optimización
en su contratación es un aspecto que el administrador
de fincas debe tener muy en cuenta.
Errores en la contratación.
Aproximadamente el 30% de los
seguros de comunidades no se encuentran optimizados, sin ánimo de ser
exhaustivo los principales errores con
los que nos encontramos a la hora de contratar un seguro son los siguientes:
- El Infraseguro: Consiste en asegurar un edificio por un valor inferior al valor del inmueble. Las consecuencias de un infraseguro son dramáticas en el caso de un siniestro grave, como por ejemplo un incendio, ya que la compañía de seguros únicamente pagará hasta el límite de la póliza.
- El sobreseguro: En este caso aseguraríamos un edificio por un valor superior al valor real, siendo las consecuencias de dicho error menos graves que en el caso anterior, pero estaríamos destinando al pago del seguro una cantidad superior a la necesaria. El caso mas típico es asegurar un edificio por el valor de mercado de sus viviendas en lugar del valor de reconstrucción. Por ejemplo, en el caso de un edificio, la repercusión del valor del suelo en el precio final es de aproximadamente un 40% y este valor no se va a perder en ningún siniestro, por lo que resulta absurdo asegurarlo.
- No contratación de coberturas necesarias o beneficiosas en una comunidad: El caso más típico sería la no contratación de daños por agua, ya que se trata del siniestro mas frecuente en una comunidad.
- Contratación de coberturas inútiles: Es otro caso muy frecuente, semejante al sobreseguro, un ejemplo típico es contratar la recomposición de zonas ajardinadas en una comunidad sin jardín.
Por todo ello es importante
asesorarse bien, solicitar varias propuestas y sobre todo saber comparar las
mismas. No podemos guiarnos únicamente por el precio de la prima. Tenemos que
comparar si las cantidades aseguradas y las coberturas contratadas son
semejantes, asi como la respuesta y solvencia de la compañía aseguradora.
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